Tratamos de girar la antena motorizada,
pero no se movía.
Luego de las consabidas y obvias pruebas (toquetear todo a la ligera y cambiar de receptores), nunca se movió.
Eso fue ayer y hoy antes de la lluvia, subimos a la azotea a efectuar un diagnóstico un poco mas elaborado. En la primera foto vemos a "Frankie", el receptor reconvertido dos veces y "cirugizado" que tantas satisfacciones nos dio. Lo usamos ayer para ver si marcaba algo mas alentador que un miserable "45/10". Pues no, marcaba un fatídico 36/10.
¿Que significa eso? Algo que asusta y mucho
Frankie tiene parte de su firmware de Tocomsat. Y en esta parte, nos informa de la misma manera
Quienes me siguen de épocas remotas (8 años por lo menos), recordarán que "36" es el guarismo que indica Tocomsat cuando en la Q se informa que al LNB, no le llega tensión (ni 13 voltios que se utilizan para conseguir los TP verticales, ni 18 voltios que se utilizan para conseguir los TP horizontales).
Lo siguiente fue limpiar y mirar cada conector de los cables. Tenemos aún algunos cables RG59 por razones de carencia de material, en la época en que montamos todo (no se conseguían fácilmente varios años atrás). La mayoría de nuestros cables son RG6 y sus conectores de presión. Todos los conectores de rosca estaban sucios pero relativamente bien. Los de presión en los cables RG6 están mucho mejor. Pero limpiamos y revisamos todo ....y nada. Eso fue arriba, en nuestra peligrosa azotea.
Abrimos la caja estanca que cerramos hace como 3 o 4 años y así lucía: muy llena de telarañas.
Pero nada oxidado. El cable corto RG59 que conecta la antena de VHF al mezclador de bandas de TV local (VHF-UHF) tenía un conector de rosca en mal estado. Pero ese conector no se utiliza con corriente continua. La corriente continua y la señal de TV Satelital viajan por el mismo cable RG6 que se conecta abajo del Diplexor (éste es el segundo diplexor, el primero está abajo, cerca del receptor).
Damos sabidas estas explicaciones. Pero si no lo saben, tendríamos que aclarar estos conceptos en alguna otra oportunidad.
Hay un cable de TV de aire suelto, porque como el usuario (es un vecino) no la usa, entonces restaba señal a los demás.
Fuimos limpiando la caja estanca y cambiamos el cable corto de VHF por uno RG6 con conectores de presión.
Para ahuyentar a los insectos de toda clase, rociamos la estanca con CITRONELLA ,marca "Cero Plaga". Es la que está en el rociador de la primera fotografía. Ese líquido funciona varios días y no es tan tóxico como los insecticidas. Pero reconocemos que aún no tenemos nada que sea 100% efectivo para esto. Listo.
Todo bien, pero bajamos, encendimos la TV y no funcionaba. Ya nos empezábamos a poner mucho mas nerviosos.Buscamos "barrilitos", pero es cierto, que los habíamos eliminado a todos. Uno de esos barrilitos (conexiones hembra-hembra para cables coaxiales), fueron la causa de la rotura de uno de nuestros primeros motores de antenas. Se mojaron y el óxido que formó uno de ellos, en una noche de tormentas hizo algún tipo de cortocicuito (recordemos que por ellos circula corriente continua). Y se quemó el motor. Podría haberse dañado toda la estación.
Los muchachos del foro argentino de FTATV aseguran que cada uno de ellos baja medio decibel la señal satelital. Así que alguna vez, eliminamos todos los barrilitos, aunque nunca tuvimos mas de uno o dos.
¿Cual sería el problema? Repasamos todos los conectores nuevamente en la azotea. Nada.
¿Podrían ser los lnb? NO, por el fatídico error 36/10, sabemos que al receptor no llega tensión de 13 y 18 voltios (cosa que ya dijimos). Bajamos desolados de la azotea y ya estábamos pensando en desarmar el motor, pensábamos en cualquier situación drástica. Eso fue hasta que revisamos lo mas elemental y cuasi infantil de todo.
El conector del cable que conecta al receptor satelital con el (primer) diplexor, que estaba ubicado al lado del receptor, allí no más a tan solo 40 cm de nosotros, parecía perfecto. No fue sino hasta que lo movimos (tratando de acomodar el televisor) que vimos como se reiniciaba el receptor satelital. Apagamos todo y quitamos el puntero del cable.
El cable había perdido la malla de tierra por efecto del paso del tiempo o vaya a saber por cual razón.
Cortamos la punta defectuosa, pusimos un nuevo puntero y el receptor volvió a funcionar sin problemas.
La historia tiene su moraleja:
Nunca hay que dar todo por perdido sin antes revisar hasta lo mas elemental, por mas obvio y sencillo que en la desesperación estas cosas nos parezcan. Tanto preocuparnos por las azoteas, las arañas ... y el enemigo estaba allí, a escasos centímetros de nosotros.
Buena cacería satelital.
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